No
busques al amor Princesa, no lo busques.
No
mires por la ventana ni sueñes con esos caballeros que ves pasar.
No
peines tus cabellos pensando que el destello de uno
atraerá
la mirada de aquel que pasa por fuera.
No
busques al amor Princesa, no lo busques.
No
le escribas cartas ni dediques canciones aún.
No
albergues en tu corazón ilusiones
que
sabes que son sólo espejismos.
No
lo busques como el oro, no lo busques.
No
levantes las piedras
ni
corras las hojas caídas en el suelo intentando encontrarlo.
No
creas que estás jugando a las escondidas con él, no lo creas,
pues
nadie ha llegado aún.
No
busques al amor Princesa, no lo busques.
No
te enamores de esa ave migratoria
que
sabes que algún día te dejará.
No
derrames tu corazón sobre él,
pues
el recogerlo será más difícil.
No
busques al amor Princesa, no lo busques.
Trabaja
con tus manos y dánzale a la vida,
disfruta
de tus años y de tu juventud,
alégrate
con lo que hay cada día
y no
te darás cuenta cómo llegará ese amor.
Tan
suave y delicado vendrá
como
el rayo de sol que entra por tu ventana en las mañanas,
despertándote
con una caricia en el rostro
hasta
que al final, te abraza.
Precioso escrito, Carol.
ResponderEliminarNos han vendido por todos lados el ideal del amor de pareja como el único medio para sentirse completo y amado. En este texto planteas la idea del amor espontáneo, aquel que no es obligado a rellenar los vacíos de la vida.
Hermoso el final.
Me gustó mucho leerte, saludos :)
Sin duda uno no necesita "de alguien" para ser feliz, sino, necesita aprender a ser feliz sólo para luego compartir esa felicidad con "ese alguien"; así no se desgastará el amor, y serán un maravilloso complemento cuando esos dos corazones se encuentren.
EliminarGracias Sal Yin por tu comentario.
Un abrazo!