lunes, 1 de febrero de 2016

Antes de dormir...



A través de las paredes se oyen voces cargadas de dulzura,
historias que recorren los pasillos adornadas de enseñanzas y una que otra carcajada.
A la luz de una linterna el padre y su hijo intentan descifrar las letras de un libro; del libro preferido de aquel niño que contempla hacia arriba a quien le indica cómo debe hacer las cosas en la vida.
Ambos en una aventura de verano, viajan sobre una cama por diversos parajes.
El tiempo está en sus manos; van y vienen de épocas distantes por cientos de años.
El tiempo es suyo...  Hasta que el parpadear de un par de ojitos comienza a disminuir de velocidad.
Las pausas entre las palabras que brotan de aquella habitación, se tropiezan con torpes bostezos que pelean por salir entre las consonantes.
Un rascar de cabeza y un empuñar de mano que frota las ventanitas del cuerpo del niño, acompañados de una caricia y un enérgico beso en la frente, dan la bienvenida para entrar al maravilloso mundo de los sueños...





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